-¿Nerviosa?
-No.
Solo me tiemblan las piernas y tengo un nudo en el estómago que me
está matando pero no, no estoy nerviosa. - digo irónica.
-Jajaja,
anda, vamos, no me seas exagerada. - baja del coche y cierra la
puerta. Segundos más tarde imito sus pasos.
Brisa
suave, de esas tranquilizadoras, tambalea mi pelo haciendo que uno de
mis mechones juegue en mi cara, me lo aparto colocándomelo detrás
de la oreja. Aire puro. Respiro hondo. Tranquilidad.
Miro
la casa, es de las típicas de los pueblos en medio de la naturaleza,
parece de cuento. Puerta de madera, paredes de piedra, ventanas
cuadradas, en el tejado una chimenea la cual desprende un olor a leña
que me encanta...
-¿Vamos?
- dice Dani sacándome de mis pensamientos.
-S.sí...
- me adelanta llevando en una mano las maletas y en el otro brazo a
la niña.
Antes
de que pueda meter la llave en la cerradura alguien abre la puerta
haciendo que Dani meta un pequeño sobresalto.
-¡Daniel!
¡Ay, mi niño! ¿Cómo estás? - dice abrazándolo.
-Mamá,
que me ahogas – dice separándose de ella y dándole un beso. -
estoy bien. - dice un poco más dulce, sonrío levemente. - bueno
mamá, como te dije ha venido Anna para conocer mejor esto y tal.
-¡Anna!
- me acerco a ella y le doy un par de besos – pero que bien lo
haces en Tu Cara Me Suena, deberías de ganar, he visto que te has
cortado el pelo, estás guapísima. - sonrío, es una mujer
encantadora, no la veía desde la última vez que vino a Tonterías.
-Muchas
gracias Tina, me lo corte unos meses antes de terminar el programa,
la verdad es que necesitaba un cambio. En todos los sentidos. - Miro
a Dani para que me entienda. En nuestro rostro aparecen unas sonrisas
cómplices. Antes de que Tina se percate de algo, Dani cambia de
tema.
-Bueno,
vamos a entrar que hace frío. Papá está en el salón ¿verdad? -
dice mientras entramos y se dirigen hacia el salón. Yo me despisto y
observo la casa desde el hall.
Es
preciosa, escaleras de madera al fondo las cuales supongo que llegan
a las habitaciones; a la derecha una puerta, consigo saber que es la
cocina a pesar de que solo consigo ver la esquina del fregadero; a la
derecha de la puerta un pasillo al final del cual se ve por una
cristalera una terraza y el jardín; a mi izquierda y bajo un par de
escalones, el salón, el lugar donde se viven más momentos
familiares, el cual tiene un par de sofás, sillones, una mesa y la
chimenea encendida, se nota que estamos entrando en el mes de
diciembre.
-Annita,
¿qué tal preciosa?
-Muy
bien Fernando, ¿ y usted? - pasamos lo que queda de mañana delante
de la chimenea hablando, charlando y riéndonos con las tonterías de
Fernando y Dani, de tal palo tal astilla.
Una
vez hemos terminando de comer Dani decide llevarme a conocer mejor el
pueblo mientras sus padres descansan y Valeria duerme.
Nos
recorremos el centro entero, vemos todo, incluso donde hicimos la
macrogamba... tengo que reconocer que me puse un poco tonta, se me
vinieron miles de recuerdos...
-¡Venga
Anna! - ¡ah! No os lo he dicho, ahora me está llevando a un lugar,
que según él me va a encantar, el problema es que hay que hay que
subir por una ladera...
-Es
que no puedo más... - digo como una niña pequeña – aaaay...
señor llévame pronto... ¡Aaaaaah! - grito al tropezar con una
rama. Dani, en cambio, ríe y niega con la cabeza. - Si me mato será
por tu culpa y cargará el peso en tu conciencia. - digo divertida.
-Jajajaja,
Anna estás hecha una abuela, calla ya de protestar.
-Sabes
perfectamente que mi cuerpo no admite el deporte... - por fin
llegamos, noto sus manos enredarse en mi barriga mientras me abraza
por detrás.
-Pues
le voy a enseñar a tu cuerpo a admitirlo... pero otro tipo de
deporte – me dice mientras me besa el cuello, sonrío como una
estúpida apoyando mis manos en las de él.
-Como
me hayas hecho subir hasta aquí solo para decirme esto te juro que
te tiro ladera abajo – digo entre algún que otro pequeño suspiro
y alguna risa.
-Jaja,
no tonta, ven. - me coge de la mano, andamos un par de pasos más y
nos sentamos en la hierba. Esto es precioso, desde aquí se ve
Astorga entero.
-Vengo
aquí cada vez que necesito escaparme de todo, cuando necesito
pensar... -me mira y sonríe -nunca había traído a nadie aquí...
-¿Y
por qué me traes a mí?
Se
encoje de hombros, mira al infinito- quizás porque esta vez sea la
primera que me enamoro de verdad... - me emociono con sus palabras,
me quedo mirándole con una sonrisa. Creo que se da cuenta de lo que
ha dicho porque le sale la chulería. - pero no sé, a lo mejor es
porque estoy a punto de entrar en los 30...
-Imbécil,
al final lo has estropeado como siempre... - digo divertida y
empujándole un poco.
Y
nos quedamos un rato así, sin nada que decir, porque nada es
importante ahora mismo. Me hace cosquillas en el brazo mientras yo
apoyo mi cabeza en su hombro observando como el sol poco a poco se va
quedando dormido...
Debido
a que Dani se ha sincerado decido hacerlo yo también, le debo una
explicación.
CONTINUARÁ...
PD: comentad bichillos :3