Barajas.
Gente que corre de un lado a otro, aviones que despegan, aviones que aterrizan, familias que viajan, parejas que se abrazan y se besan tras estar sin verse algún tiempo pero todas ellas con ilusiones y un destino diferente a las demás.
Quizás antes envidaba a esas parejas que tan felices se ven, al menos superficialmente, pero ya no, ahora no, ahora no voy de puente aéreo Madrid - Barcelona. Ahora voy con él, con el que de alguna forma desde un principio siempre ha sido mío y yo de él y con el que se que algún día seremos una de esas familias...
Vamos de la mano corriendo por el aeropuerto tras embarcar las maletas, como siempre vamos pillados de tiempo y una vez más por entretenernos más de la cuenta con los 'buenos días'.
Corremos a la mayor velocidad que podemos, ya han avisado un par de veces nuestro vuelo, esquivamos personas, nos reímos por el espectáculo que estamos montando; yo a veces me canso, bueno, para que mentir, estoy cansada desde el primer segundo que hemos empezado a correr pero entonces él se para, me coge la cara y me da un beso en los labios haciendo que me de fuerzas de nuevo para seguir corriendo de su mano.
Llega un punto que me paro solo para que me bese pero el último aviso para el vuelo hacia Nueva York hace que pare de hacerme la cansada y que corramos aún más.
-Aún no me puedo creer que me hayas regalado un viaje contigo a Nueva York por mi cumpleaños, estás loca.. -me dice con su sonrisa que me vuelve loca una vez nos hemos sentado en nuestros respectivos sillones, yo todavía con la respiración entrecortada por la carrera le sonrío-.
-Pues creételo porque vas a pasar el mejor viaje de tu vida, además no va a ser el único, has aceptado rellenar el álbum conmigo así que tienes Anna para rato.
-Uhmm.... y no sabes lo que me gusta esa idea... -se ríe y me achucha contra él, sonrío como una tonta cayendo entre su hombro y su cuello, le dejo un beso en este último, noto como sonríe y como se le eriza la piel ante el contacto de mis labios.
Nos ponemos los cinturones, se cierran las puertas y las azafatas comienzan a explicar las reglas en caso de emergencia, las cuales os la podría decir de memoria incluyendo los gestos, aún así a pesar de estar acostumbrada a volar tanto en el momento de despegar siempre siento un poco de miedo, cierro los ojos relajándome hasta que el avión se pone derecho.
Cuando llevamos una media hora de viaje me quito el cinturón al igual que Dani y nos acomodamos los dos juntos, nos espera un largo viaje, el comienzo de una aventura que no creo que la pueda olvidar nunca, a parte de porque nunca he estado en Nueva York porque voy con él, nuestro primer viaje como pareja y espero que no sea el único.
Allí no nos conoce nadie, no hay fans, ni cámaras ni nadie que nos reconozca que hagan que nos cortemos ante gestos de amor, allí no me pienso cortar nada, lo voy a parar cuando quiera para besarlo todo el tiempo que nos apetezca, abrazarnos o cualquier otro tipo de gestos que tienen las parejas normales en la calle.
Nueva York, prepárate porque voy directa a impregnarte de besos, mimos y amor entre ambos.
